Viviré sola en mi propia casa, porque está
claro que seré soltera, soltera de oro, sin hijos ni ataduras, porque soy joven
y me voy a comer el mundo. Por la noche cuando llegue a casa, me tomaré un
Martini con hielo tranquilamente sentada en el sofá, con camisón de seda,
maquillada y puesta a punto, escuchando música de ascensor.
Los fines de semana iré de coctel, me haré coca
con mis compañeros de trabajo igual de sofisticados que yo. El fin de semana
entero encerrados en un chalet de lujo en una ciudad costera, bebiendo y
esnifando, perdiendo el sentido del tiempo, perdiendo el sentido del
sentimiento. Me acostaré con chicos jóvenes que encontraré de fiesta con algo
de más metido en el cuerpo que estén dispuestos a todo o algo, chicos jóvenes
cuyas mas jóvenes todavía novias estén esperando a su novio en casa,
ignorantes, enfadadas, disgustadas, él no llega, él no llama, ¿dónde estará él?;
chicos jóvenes amigos de mis compañeros de trabajo, chicos jóvenes a los que
invitaré a polvos blancos y bebida. Chicos jóvenes a los que en todo caso puedo
mantener si me interesan, y si eso robarles algún hijo. Hacer que se corran
dentro de mí, mintiéndoles diciéndoles que tomo la píldora.
El domingo me levantaré ligeramente resacosa y decaída,
pero me levantaré con un aspecto muy sexy, con una lencería cara con un
ribeteado de encaje negro y un batín de seda.
Después de todo, puedo permitirme ser madre
soltera del niño robado al joven guapo con novia más joven todavía, porque soy una
mujer moderna, ah, y sofisticada, porque trabajo en una oficina de jefa de
alguna sección de importantes marcas, y voy a comprar el pan vestida en blanco
y con perfume caro, y no tendré nada que hablar con las otras señoras porque yo
no seré como ellas y no tendremos ningún tema de conversación en común, yo no
hablaré de esas cosas de las que las mujeres vulgares, gordas, de barrio, casadas,
con hijos y descuidadas hablan; yo hablaré de… de nada, porque no tendré a
nadie con quien hablar, sólo en el trabajo, miradas, guiños, esquivas, quedadas
clandestinas con jóvenes hambrientos en el baño. Esperaré al próximo jueves
para poder volver a encontrarme con algún otro chico desorientado y ebrio al que
absorberle el alma.
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